Detección y diagnóstico de la anemia ferropénica durante el embarazo

Hemoglobin meter and ferritin test
GarciaYbrahim

La anemia ferropénica es la forma más común de anemia durante el embarazo. La ferropenia es la enfermedad más prevalente entre las mujeres en edad reproductiva a nivel mundial, y es aún más común durante el embarazo debido al aumento de las necesidades de hierro. Este artículo analiza las causas y los riesgos de la ferropenia durante el embarazo, así como su detección y diagnóstico.

Definición e incidencia

La Organización Mundial de la Salud recomienda las siguientes concentraciones de hemoglobina (Hb) durante el embarazo:

  • Primer trimestre (0-12 semanas): Hb ≥ 11 g/dL
  • Segundo trimestre (13-26 semanas): Hb ≥ 10,5 g/dl
  • Tercer trimestre (27 semanas y más): Hb ≥ 11 g/dL

Si el nivel de hemoglobina es inferior a estos estándares, podría indicar anemia, en particular anemia ferropénica, por lo que se debe considerar una evaluación más exhaustiva y la administración de suplementos de hierro. La anemia durante el embarazo es un problema de salud pública y mundial.

La prevalencia mundial de anemia en embarazadas es del 41,8 %, con un 57,1 % en África, un 48,2 % en el Sudeste Asiático y entre un 24 % y un 25 % en América y Europa. En China, la prevalencia de anemia en embarazadas oscila entre el 42 % y el 73 %, con una prevalencia urbana del 34 % y una rural del 46 %. La prevalencia de anemia durante las etapas temprana, media y tardía del embarazo es del 36 %, 52 % y 60 %, respectivamente.

Causas y requerimientos de hierro durante el embarazo

La anemia ferropénica relacionada con el embarazo es común debido a cambios fisiológicos y patológicos, principalmente relacionados con el aumento de la demanda de hierro y la insuficiencia relativa o absoluta del suministro de hierro.

Durante el embarazo, la prueba de ferritina Es una herramienta eficaz para monitorizar la estabilidad de los niveles de ferritina en sangre. El procedimiento es sencillo y los resultados se obtienen rápidamente. Esta prueba ofrece la comodidad de obtener resultados rápidos de ferritina en casa, lo que la hace ideal para embarazadas que no pueden salir de casa y puede ayudar a detectar tempranamente posibles deficiencias de hierro.

1. Aumento de la demanda de hierro

Durante un embarazo normal, el requerimiento total de hierro es de aproximadamente 1240 mg, de los cuales 500-600 mg son necesarios para el aumento del volumen de glóbulos rojos y aproximadamente 300 mg para el feto y la placenta. El requerimiento diario de hierro para las mujeres embarazadas es de aproximadamente 4,4 mg (que aumenta de 0,8 mg/día al inicio del embarazo a 7,5 mg/día al final del mismo), y la tasa promedio de absorción de hierro es de alrededor del 10 %, lo que significa que es necesaria una ingesta dietética de hierro de 40 mg/día.

2. Ingesta insuficiente de hierro

La ingesta de hierro puede verse afectada por los vómitos al comienzo del embarazo o por las preferencias dietéticas.

3. Trastornos de la absorción de hierro

La desnutrición o las preferencias dietéticas a menudo provocan una ingesta insuficiente de proteínas, lo que afecta la absorción de hierro. Trastornos gastrointestinales como la baja acidez estomacal, la atrofia de la mucosa gástrica o la diarrea crónica también pueden dificultar la absorción de hierro.

4. Aumento de la pérdida de hierro

Los trastornos hemorrágicos relacionados con el embarazo, como la placenta previa, y las enfermedades crónicas, incluidas las infecciones y las enfermedades hepáticas o renales crónicas, también pueden provocar anemia.

5. Almacenamiento insuficiente de hierro

La anemia preembarazo puede persistir o empeorar durante el embarazo. Alrededor del 40 % de las mujeres presentan niveles bajos de hierro o deficiencia de hierro antes del embarazo (ferritina sérica).

Riesgos de anemia

Riesgos maternos

Durante el embarazo, se producen una serie de cambios fisiológicos en el sistema circulatorio materno, incluyendo la dilución sanguínea, que agrava la anemia y aumenta la carga sobre el corazón. La anemia reduce la capacidad de la sangre para transportar oxígeno, y si bien una anemia leve puede tener un impacto mínimo en el embarazo, una anemia grave puede tener consecuencias graves.

Debido a la insuficiencia de reservas de oxígeno, las mujeres con anemia presentan menor tolerancia a la pérdida de sangre, lo que aumenta la necesidad de transfusiones y el riesgo de complicaciones derivadas de ellas. Incluso si la pérdida de sangre durante el parto o el posparto es mínima, puede provocar shock o incluso la muerte. Según datos de la OMS, la mortalidad materna relacionada con la anemia a nivel mundial es del 40%.

Riesgos fetales

Durante la anemia, la reducción del aporte de oxígeno a la placenta puede provocar restricción del crecimiento fetal, sufrimiento fetal, aborto espontáneo, parto prematuro, muerte fetal intrauterina, asfixia neonatal y encefalopatía hipóxico-isquémica. La incidencia de aborto espontáneo y parto prematuro aumenta con la gravedad de la anemia.

Riesgos neonatales

Las tasas de morbilidad y mortalidad en recién nacidos de madres anémicas son más altas. Cuando las reservas maternas de hierro se agotan, las reservas fetales de hierro se reducen, lo que provoca anemia o deficiencia de hierro durante el primer año de vida. Los niños con deficiencia de hierro pueden presentar anomalías del comportamiento y bajos índices de desarrollo mental de Bayley. La suplementación con hierro puede mejorar las reservas maternas de hierro y aumentar las neonatales, lo que ayuda a prevenir la deficiencia de hierro durante el primer año y reduce la mortalidad neonatal. Prevenir la deficiencia de hierro durante el embarazo también contribuye a reducir el riesgo de hipertensión en los hijos durante la edad adulta.

En fetos y bebés, el hierro se utiliza principalmente para la producción de glóbulos rojos. Si el suministro de hierro no satisface esta demanda, puede provocar deficiencia de hierro en otros tejidos, como el músculo esquelético, el corazón y el cerebro. Los bebés y niños nacidos de madres con deficiencia de hierro tienden a tener un desarrollo cognitivo cerebral más lento y un coeficiente intelectual más bajo en comparación con los nacidos de madres con suficiente hierro.

Detección y diagnóstico

Cribado

Todas las mujeres embarazadas deben someterse a una prueba de detección de anemia durante su primer control prenatal y nuevamente a las 28 semanas de embarazo. La medición de la Hb es la prueba inicial de detección de anemia, y se puede realizar una prueba de ferritina sérica si las condiciones lo permiten.

Incluso antes de que bajen los niveles de Hb, las mujeres embarazadas podrían presentar deficiencia de hierro, por lo que se recomienda realizar una prueba de ferritina sérica si es posible. Con base en los niveles de ferritina sérica, se puede decidir si se debe suplementar con hierro y cómo hacerlo. En quienes no puedan realizar la prueba de ferritina sérica, la suplementación con hierro debe basarse en los datos epidemiológicos locales sobre la prevalencia de anemia en mujeres embarazadas de la región.

Para las mujeres embarazadas a quienes les resulta incómodo visitar regularmente los centros de atención médica, el uso de un medidor de hemoglobina casero Puede ser una solución eficaz. Este dispositivo permite la monitorización continua de los niveles de hemoglobina, lo que permite a las mujeres evaluar rápidamente su concentración de hemoglobina en sangre e identificar rápidamente cualquier posible signo de anemia.

Diagnóstico

La anemia relacionada con el embarazo se diagnostica cuando la Hb es inferior a 110 g/LLa anemia se clasifica como:

  • Anemia leve: Hb 100-109 g/L
  • Anemia moderada: Hb 70-99 g/L
  • Anemia grave: Hb < 70 g/L

Si los niveles de Hb están por debajo del límite fisiológico mínimo durante el embarazo, se debe considerar primero la anemia ferropénica. Se deben utilizar pruebas de laboratorio para diagnosticar la anemia y la ferropenia. Las pruebas de laboratorio para la anemia ferropénica relacionada con el embarazo incluyen:

Hemograma completo (CSC): El hemograma completo (HC) es la prueba principal para diagnosticar la anemia e incluye la concentración de Hb, el hematocrito, el volumen corpuscular medio (VCM), la hemoglobina corpuscular media (HCM), el recuento de glóbulos rojos y el recuento de reticulocitos. En la mayoría de los casos, estos parámetros mostrarán cambios significativos en la deficiencia de hierro persistente y grave. Muchas mujeres con deficiencia de hierro aún pueden tener niveles de Hb dentro del rango normal, por lo que se requieren pruebas más sensibles para una detección temprana.

Ferritina sérica: La medición de la ferritina sérica es el método de referencia para diagnosticar la anemia ferropénica mediante análisis de laboratorio. Independientemente de los niveles de Hb, la ferritina sérica suele reflejar las reservas de hierro del organismo. Unos niveles bajos de ferritina sérica suelen indicar reservas insuficientes de hierro, lo cual constituye un signo temprano de anemia ferropénica.

Hierro sérico, receptor de transferrina soluble y saturación de transferrina: El hierro sérico se ve influenciado por numerosos factores y no es un indicador fiable de su almacenamiento. El receptor soluble de transferrina aumenta con la deficiencia de hierro o el aumento de la demanda celular de hierro y no se ve afectado por infecciones. La saturación de transferrina se ve influenciada por factores como las variaciones diurnas y la nutrición, lo que la hace poco fiable para diagnosticar el estado de almacenamiento de hierro. Un nivel normal de ferritina sérica con una saturación de transferrina reducida puede indicar una deficiencia de hierro subyacente, especialmente en la etapa inicial. Por lo tanto, la combinación de múltiples indicadores diagnósticos, especialmente el receptor soluble de transferrina y los niveles de ferritina, es crucial para diagnosticar con precisión la deficiencia de hierro y evaluar el metabolismo del hierro.

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